Otro aspecto a destacar en esta franja de edad es la valoración de la responsabilidad individual dentro de un equipo o grupo de trabajo. Los niños van empezando a entender que las acciones individuales que realicen van a tener una importancia o repercusión en el ámbito colectivo del equipo. De esta manera empiezan a valorar mucho más el trabajo en equipo y aprenden y avanzan a la hora de tomar las decisiones adecuadas para el bien de este. Los técnicos deportivos tenemos una gran relevancia en este ámbito de desarrollo en equipo. Un buen ejercicio para trabajar este aspecto, por ejemplo, siguiendo un poco con el fútbol sala sería una posesión en toda la pista en la que tuvieran dos comodines de cada equipo por fuera del campo, colocados en diagonal. Cuando los jugadores de los dos equipos que están dentro del campo jueguen con los comodines de sus respectivos equipos que están por fuera tienen que intercambiarles la posición, de forma que el comodín entra al campo como un jugador más y el que dio el pase pasa a ser comodín. Si no se cambian la posición con el comodín la posesión pasa a ser para el otro equipo. De esta manera trabajamos la concentración en las pautas del juego, la comunicación de sus compañeros que pueden advertirle de que cambie y también la velocidad de reacción. Una mala decisión individual repercute a nivel colectivo, como ya dijimos anteriormente.
La formación de grupos y el sentimiento de pertenencia dentro de este grupo global es otro de los aspectos que se desarrolla en esta edad. Los niños van estableciendo relaciones de amistad poco a poco con sus compañeros de equipo y se van creando lazos más fuertes entre ellos. Con el paso del tiempo se van llevando mejor con algunos de sus compañeros y comienzan a pasar más tiempo con ellos incluso fueras de las horas de entrenos o de la práctica deportiva. Como bien se explica en los apuntes, en algunos casos se generan exclusiones. En este punto, los técnicos deportivos tenemos una gran importancia a la hora de corregir ciertas actitudes de nuestros alumnos o deportistas a cargo. Muchas veces los niños tienen actitudes burlescas y grotescas con otros compañeros debido a que piensan que esto está bien y que reírse de un compañero no tiene importancia. Una gran ayuda para corregir estas actitudes la tenemos los técnicos deportivos pero también es esencial el papel que ejercen los padres en sus respectivos hogares y casas. Estos tienen que poner la suficiente atención en el niño y no dejarlo a sus anchas haciendo lo que quiere. Los padres deben observar las acciones de sus pupilos y decirles que es lo correcto y lo incorrecto bajo el punto de vista de un adulto para imponerles una buena educación y, progresivamente, unas buenas actitudes y compañerismo con los compañeros.
En esta franja de edad los niños empiezan a entender las correcciones y buscan la aprobación. De esta forma, como bien dice en los apuntes, es importante no hacer valoraciones individuales delante de todo el grupo o el equipo para evitar así crear un ridículo. Ojo, esto no quiere decir que no se le puedan realizar comentarios durante una tarea o correcciones en un momento puntual para buscar la mejora y la intensidad a la hora de realizar la tarea o el ejercicio. Muchas veces los niños se pueden tomar este tipo de correcciones como una bronca pero como técnicos deportivos debemos explicarles y especificarles que son comentarios constructivos para mejorar su técnica o algún aspecto individual o colectivo en el juego.
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