Motivación y autoconfianza

 La autoconfianza es la cualidad o estado que permite a una persona conseguir los objetivos o completar cualquier tipo de actividad resolviendo y superando todas las dificultades que se le presentan en el camino. Podemos encontrar tres estados o niveles de autoconfianza: 

• Autoconfianza óptima, la cual permite superar y analizar los fallos que surgen y quedarse y analizar los puntos fuertes para alcanzar los objetivos reales.

• Baja autoconfianza, una mentalidad negativa y enfocada a un ámbito perdedor nos proporciona miedo a la participación y hace que nos enfoquemos más en las desventajas.

• Exceso de confianza, un estado en la que persona no se da cuenta realmente de sus capacidades y confía demasiado en que tiene un nivel superior al que realmente tiene.

Hay muchos factores que afectan a la autoconfianza y el profesional de la actividad física tiene que tenerlos en cuenta en las diversas estrategias de motivación, como pueden ser alguna de la siguientes: la variedad en los programas de entrenamiento, poner a prueba la toma de decisión de los deportistas haciendo que adquieran responsabilidades, el refuerzo positivo y la motivación o aprobación si es correspondida, objetivos claros y reales adaptados para alcanzarlos...

Reflexión

Los niveles de confianza son un factor con gran relevancia en la vida de los deportistas. Una baja autoconfianza puede ocasionar que en ocasiones no tengamos ganas de participar en un evento deportivo o mismamente en alguna actividad que estamos realizando con nuestros amigos. En este caso yo puedo poner un ejemplo de un niño que entreno llamado Andrés. Este niño es bastante tímido y le cuesta establecer contacto o entablar una conversación con sus compañeros. Es el segundo año que lo entreno y el año pasado la primera vez que pude hablar con el más de saludarnos fue cuando llevaba 4 meses entrenándolo. Andrés era nuevo en este equipo y venía de un equipo en el cual jugaba con niños de un año mayor que le decían que era demasiado flojo para jugar con ellos. Los padres hablaron con el club y se tomaron medidas con respecto a los otros niños. Los padres de Andrés prefirieron que se cambiara de equipo y el club decidió que lo entrenara yo. Los primeros días que lo entrené los padres me contaron la situación y me la explicaron desde el primer minuto que Andrés entro en la pista. Los primeros días me estuve fijando más en el y me di cuenta que tenía unas altas capacidades con el balón. Con el paso del tiempo me percaté de que el muchas veces tenía miedo o no quería, por ejemplo, regatear a un compañero porque con sus antiguos compañeros sentía que sólo les tenía que pasar el balón y ya está. Al darme cuenta de esto hablé con el coordinador de la escuela y me dijo que tuviera una reunión con los padres y que hablara con el también. Los padres no se sorprendieron cuando se lo conté y me dijeron que el muchas veces prefería no ir a entrenar con sus antiguos compañeros porque no le dejaban prácticamente tocar el balón. Una vez que hablé con el le dije que tenía que soltarse y tenía total libertad con el balón en los pies. Los padres también hablaron con el y a partir de ahí se fue soltando mucho más y se vio viendo poco a poco el buen nivel que tenía realmente. Simplemente creo que este es un caso de baja confianza y que con la ayuda de sus padres y mía como su entrenador deportivo obtuvo la suficiente motivación y confianza para soltarse.